El futbol hay veces que te regala noches y partidos mágicos. Hoy Anfield ha vivido algo inolvidable. El Liverpool necesitaba un milagro y sin su mejor jugador, Mohamed Salah, iba a ser casi imposible. Como he dicho casi imposible, porque hemos visto que sí ha sido posible, pues 4 – 0 ha ganado, remontando el resultado de la ida (3-0).
Los ‘reds’ salieron a comerse al Barcelona desde el principio con el gol de Divock Origi en el minuto 7. Con ese primer tanto, el equipo español no se achantó, pero en la 2ª parte con la salida de Georgino Wijnaldum, el Liverpool ha conseguido igualar la eliminatoria en 10 minutos (goles en el 54’ y en el 56’). El último gol ha llegado con un despiste en un córner del Barcelona, que Alexander-Arnold con mucha picardía ha pillado desprevenido a todo el Barça y Origi ha marcado el cuarto y último gol.
El único representante español que quedaba ha caído en un estadio que estaba arropando a su equipo desde el comienzo y ha podido ver como su equipo ha vencido en todos los sentidos a un equipo despistado que no ha disputado el encuentro como se esperaba de él.
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